SAN
MARTÍN TEXMELUCAN, Pue. Alrededor de 5 mil imágenes de Niño Dios se arrullan
desde la noche del 24 de Diciembre hasta la noche del 1 de Enero en la
población de San Rafael Tlanalapan, considerada como una comunidad 100 por
ciento católica, señaló el Cronista Auxiliar Benito Benítez Cruz.
Dijo que se tienen
datos que desde 1850 en la comunidad los pocos habitantes ya arrullaban sus
imágenes en sus hogares, la tradición fue creciendo de generación en generación
que actualmente en cada uno de los hogares se llegan arrullar de 5 a 10
imágenes, porque los padres, hijos y nietos ya tienen su respectivo Niño Dios.
“De acuerdo al Censo
del INEGI del 2010, Tlanalapan cuenta con una población de 15 mil 998
habitantes, de los cuales 8 mil192 son mujeres y 7 mil 806 hombres, y cuenta
con un total de 3 mil 676 viviendas, es decir que si en cada hogar se arrulla
un niño Dios entonces se estaría hablando de 3 mil 676 imágenes existentes en
el pueblo, pero si sumamos que en cada hogar hay más de dos se multiplica la
cantidad”, resaltó.
Benito Benítez Cruz
aseveró que la cantidad de imágenes se debe porque Tlanalapan es una población
100 por ciento católica y que por consecuencia tiene la tradición de arrullar
al Niño Jesús la noche del 24 de Diciembre, pero debido a la gran cantidad de
gente y hogares, es por ello, que se realiza a partir de dicha fecha hasta la
noche del 1 de Enero.
“Por ello, las
personas que apadrinan la costadita del Niño Dios llegan a gasta de 500 a mil
500 pesos en comprar la colación, las luces de bengala, serpentina, confeti,
velas, ramo de flores y la canasto de fruta que es entregado al jefe de la
casa, mientras que este gasta alrededor de mil a 2 mil 500 pesos para darle la
comida y la cena al padrino, pues aparte de hacer los alimentos, se toma,
refresco, vino, café, atole y ponche”, aseveró.
Cabe mencionar que en
la actualidad, Tlanalapan por la gran cantidad de imágenes que se arrullan,
reúne a personas aledañas al pueblo a lo largo de 9 días, que son de las juntas
auxiliares y colonias de Texmelucan.
Por:
Ascención Benítez Sánchez.
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