Por Christian González Murillo
Dicen que “sólo Veracruz es bello”, y sin
embargo en fechas recientes, ha sido maltratado por sus gobernantes, por la
inseguridad, el narcotráfico, la violencia, la falta de turismo e incluso el
clima, convirtiéndolo hoy en día en uno de los lugares más inseguros para vivir
en México.
Tristemente, donde
solían hacer su nido las olas de mar,
se vive un incremento histórico en el número de homicidios y desapariciones,
consecuencias de uno de los peores gobernadores que ha tenido el estado –Javier
Duarte- y sumado a todo esto, lo que sucedió en el pasado partido entre los
Tiburones del Veracruz y Tigres de Nuevo León.
No sé qué pensar
cuando veo un grado de violencia tan alto que incluso pudo llegar a la muerte
de muchos aficionados y convertirse en una verdadera tragedia en el mundo del
fútbol. No sé si es el reflejo de lo que se vive en un estado que ha sido
verdaderamente maltratado, no sé si es impotencia de los ciudadanos o incluso,
no sé si sea el reflejo de una sociedad harta que aún no sabe cómo canalizar
sus emociones; lo que si es cierto es que lo sucedido la noche del viernes 17
de febrero en un estadio que este año cumple 50 años, no se veía desde hace
mucho, pero mucho tiempo…
Pero ¿a qué me
refiero con que “no se veía hace mucho tiempo”, si al menos una vez al mes en
algún estadio mexicano existe una situación de bronca o algo parecido?
Simple, a que no sucedía que un partido fuera suspendido por alguna pelea en
las tribunas, que una porra o barra tenga la posibilidad de recorrer
el recinto completo para llegar a golpear a los aficionados del equipo
contrario, cuando están en las tribunas con más separación del estadio. ¿Qué
estadios en el mundo que alberguen partidos de primera división aún no cuentan
con divisiones entre las diferentes secciones del estadio? Y sobre todo, ¿desde
cuándo recuerdan la difusión de alguna fotografía o video de personas en el
estadio drogándose, usando pica
hielo para agredir, e incluso, desde cuando recuerdan que dos porras se
puedan pelear en un estadio en pleno partido sin la presencia de algún policía?
¿Qué la situación en
México esta tan fuera de control en todos los ámbitos, que ahora ha llegado
hasta un espectáculo familiar que ha movido a la nación por años, y para muchos
es considerado a la par de una religión? Porque así es el fútbol en nuestro
país, una actividad que ahora se ve violentada de una forma atroz, precisamente
en uno de los estados que más sufren en este momento.
En serio, yo me
pregunto qué más le puede pasar a una entidad tan hermosa como Veracruz, que ha
experimentado escases económica en sus municipios, desvió de recursos,
medicamentos “falsos” e incluso ya caducados; en dónde, a excepción de su
historia -que es lo único que hasta ahora no se ha visto dañada-, ya no existe
ninguna característica que se salve de la terrible situación.
Y es que hablando de
su historia y regresando a lo sucedido en el Luis Pirata Fuentes, recordemos
que muchos le acuñan el inicio del pleito a Gignac por gritarle a la porra del
Veracruz, sin embargo el delantero de Tigres publicó en sus redes sociales que
fue a esa zona del estadio a saludar a unos de sus familiares en la tribuna; lo
curioso es que grito palabras en francés que de alguna forma la afición de Veracruz
las tomó como una agresión. Pero será simplemente eso, una confusión, o será el
recuerdo de la “Guerra de los Pasteles” de 1838 cuando se defendió el puerto de
Veracruz ante el ejército francés y por la que también le valió el segundo
título de “heroica”, bien dicen que jarochos y franceses, “nunca han
terminado de llevarse bien”.
Sea lo que sea, y sin
importar quien inicio la pelea en el estadio, lo que se tiene que resaltar es
la falta de seguridad en un partido de Primera División, además del sobrecupo
en el estadio Luis Pirata Fuentes que oficialmente esta capacitado para recibir
a 28 mil 703 personas y en el partido Veracruz vs Tigres albergo a 30 mil 180
aficionados y dejando fuera a cientos más con boleto pagado, hasta ahora no
existe ningún detenido por lo sucedido, sólo una sanción a los Tiburones por
848 mil 725 pesos, multa que según el Gobernador del Estado de Veracruz, Miguel
Ángel Yunes Linares, también es porque se le ha mencionado en múltiples
ocasiones al propietario del equipo, Fidel Kuri Grajales, que pague los
impuestos correspondientes por cada partido que se juega de local.
No sabemos si la
situación en Veracruz siga empeorando, no sólo en el ámbito futbolístico, sino
también en el social, sólo me queda preguntar ¿Qué más le puede suceder al
Cuatro Veces Heroico Puerto de Veracruz (1826 – 1838 – 1847 – 1914)?
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