San
Salvador El Verde, Pue. Durante la pandemia, los floricultores, productores de
fruta y cultivadores de amaranto fueron los más perjudicados del municipio de
El Verde, derivado a que no pudieron comercializar totalmente sus productos por
el cierre de mercados, centrales de abasto de México, Puebla y Tlaxcala, y las
fiestas populares, señaló el Presidente Municipal, Pablo Romero García.
Explicó que desde el mes de marzo hasta el mes de julio que fueron aplicados los decretos del gobierno federal y del estado para la suspensión de actividades masivas por la contingencia sanitaria y el cierre total de los espacios comerciales, provoco graves afectaciones al municipio de El Verde, que es considerado una zona rural, donde la mayoría de la población se dedican a las actividades agrícolas, floricultura y fruticultura.
En el caso de los
productores de flor, expresó Pablo Romero García, subrayó que quienes
cosecharon crisantemo, gladiola, rosa y otras variedades no pudieron
comercializar sus cosechas, porque fueron suspendidas las fiestas populares,
sociales y religiosas, así como los mercados locales y centrales de abasto, por
lo que tuvieron que buscar otras alternativas para venderlas y a bajo costo,
por lo que sus afectaciones fueron del 60 por ciento.
Mientras que los productores de fruta, indicó, como el durazno, ciruela, pera, manzana, chabacano, entre otras, también tuvieron grandes pérdidas porque la mayoría de su producción no pudieron comercializarla por el cierre de centros de abasto e incluso los trailers que surte a las grandes cadenas de tiendas no llegaron, lo que tuvieron que ofertas la fruta a bajo costo en calles de las comunidades de la región y mercados locales de Texmelucan y Huejotzingo, de tal manera que sus afectaciones fueron de un 70 por ciento.
En tanto, los
productores del amaranto de San Simón Atzizintla, puntualizó el Alcalde,
tuvieron pérdidas de hasta un 90 por ciento, porque sus dulces típicos
elaborados de este grano tuvieron que ser tirados porque se echaron a perder,
porque no pudieron venderlos, por la cancelación de las fiestas populares y
centrales de abasto, de tal manera que lo poco que pudieron comercializar fue
en la via publica y casa por casa.
Por: Ascención Benítez Sánchez.
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