San Martín
Texmelucan, Pue.
Son pocas las familias que aun preservan la tradición de elaborar el pan de
muertos que son colocados en las ofrendas, compartidos entre familiares o lo
dan a los niños que se acercan a pedir su calavera, y son contados a aquellos
que aun cuentan en sus hogares con un horno artesanal que es utilizado en la
temporada de muertos.
Y
es que días antes del inicio de temporada hay familias que se reúnen para cooperar
y adquirir los productos en el mercado o comercios establecidos, como es la
harina de trigo, levadura, manteca, azúcar, huevo, guayaba, naranja, polvo para hornear, nuez,
pasa, grajea, mantequilla y canela, desembolsando la cantidad de 500 a mil 500
pesos dependiendo la cantidad, mientras
que otros preparan el horno artesanal con leña para que alcance la temperatura
adecuada para hornear.
Tanto
adultos como menores de edad, participan en la preparación de la masa y la
elaboración de la hojaldras, conejos o figuras alusivas a los muertos, para después colocarlas en
charolas donde son adornadas con ajonjolí o grajea, las cuales son metidas al
horno, entre 10 a 15 minutos, para sacarlas y ver que el pan ya esta listo, se
enfría en las mesas y más tarde se colocan en canastas o chiquehuites.
Don
Martín Márquez, originario de la comunidad de San Juan Tuxco, señaló que son
pocas las familias que aún se reúnen para elaborar el Pan de Muerto, y son
contados aquellos que cuentan con un horno artesano en casa, pues muchos
actualmente prefieren elaborar sus figuras de pan y llevarlas a hornear en las
panificadoras, esta tradición solo se conserva en los pueblos porque en la
ciudad ha desaparecido por completo.
“Hace
30 años en la casa de mi mama “Gabina” nos reuníamos los hermanos con sus
respectivas familias para elaborar el pan que colocábamos en las ofrendas,
después mis hijos crecieron y opte por construir un horno en mi casa, ahí, con
mi familia continuamos con la tradición, después se destruyo el horno y pasaron
algunos años sin hacer pan, fue hace 6 años que mi hija me pidió que le
construyera un horno en su terreno y desde hace cuatro años hacemos pan, mis
hijos con sus respectivas familias”, resaltó.
En
tanto, Lorena, hija de Don Martín, destacó que es importante que se continúe
con la elaboración del Pan de Muerto, porque es una tradición mexicana que ha
pasado de generación en generación, desafortunadamente en la actualidad hay
muchos padres de familia que no les interesa preservar las tradiciones y esto
ha dado pie que costumbres extranjeras como el Hallowen tengan más auge entre
los mexicanos.
Por: Ascención
Benítez Sánchez.
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