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lunes, 28 de abril de 2014

LA OPINIÓN DE CANACO

Si bien entiendo que la filosofía de un gobierno populista tenga bases clientelares a las que no desea afectar. También entiendo que el ambulantaje no se termina por decreto y que la situación en San Martín es grave, cientos de personas dependen de la economía del ambulantaje. La paradoja es que este ambulantaje abona la cultura de desprecio por la ley y el surgimiento de otros delitos mayores.
El problema en San Martín es que tenemos una gran inclinación por apropiarnos de lo ajeno, sacar provecho del espacio público aunque se afecten derechos de terceros.
Qué bien que se capture a los grandes capos del crimen organizado, pero también que se reubiquen a los “viene-viene”, los franeleros, los limpia parabrisas, los puestos en las banquetas.
Qué bien que haya una estrategia anti-secuestro, pero que también que haya una estrategia anti apropiación de lo ajeno (incluye las manifestaciones que bloquean vías y plazas públicas, los cobros de derecho de piso). Todos estos personajes pertenecen a la misma línea evolutiva del delito. El problema es que no lo vemos así.
Bien dice la frase célebre de Juárez “… El respeto al derecho ajeno es la paz” una joya del sentido común, y que los mexicanos no somos un pueblo respetuoso del derecho ajeno, sino extraordinariamente conscientes del propio.
Si bien en las administraciones pasadas no hubo voluntad política de terminar con las señales que promueven y avalan la apropiación de lo ajeno como símbolo de progreso, la frase de Juárez no será más que letra muerta en libros de historia.
El sistema político actual se nutre y lucra con los grupos que se apropian de lo ajeno, y la mayor manifestación de esto acaso sea el gobernante corrupto, que se adueña de un derecho de lucro. Así, un estadista es quien ve por el derecho de muchos, mientras que el político convencional y mediocre ve por lo ajeno de los muchos.
A casi 147 años de la frase juarista, el país está peor en cuanto al respeto por el derecho ajeno. Hay letras que al morir, nos sepultan.

Esta administración municipal tiene la oportunidad de cambiar para bien, la percepción que hay en la ciudadanía.

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